Este es un tema que siempre he machacado en todos
los espacios en los que me ha sido posible debatirlo;
quienes me conocen, y aún no saben que soy yo la que
maneja esta cuenta, al leer esto inmediatamente
me reconocerán y con gusto les saludo.
El capitalismo se ha encargado de inculcar en los seres humanos un conjunto de antivalores que viabilizan su sostenibilidad como sistema; la superestructura ideológica cumple su rol, haciendo que normalicemos conductas egoístas e individualistas -por mencionar algunas- y dejando de lado lo que nos es verdaderamente inherente.
Vemos como débil a quien se atreve a mostrar y demostrar sus sentimientos, aquel que osa dar cariño y amor probablemente reciba una avalancha de burlas y señalamientos; se abusa de quien es amable e incluso se justifica con expresiones como: "Todos los días sale un pendejo a la calle, el que lo encuentre es de él".
Resulta sencillo decirle a alguien que se le desprecia o que se le guarda animadversión, pero quién no ha dicho o escuchado la frase: "yo no digo 'te amo' porque implica mucho compromiso, prefiero decir 'te quiero' hasta que las cosas hayan avanzado suficiente" (refiriéndose a una relación de pareja). Pero vaya usted a saber cuándo es suficiente, porque decir "te odio" o "te tengo arrechera" no lo pensamos ni un segundo... y acaso ¿no son dos caras de una misma moneda?
Entre muchas cosas, yo me pregunto ¿cómo es posible que cause gracia ver a otra persona caerse? He visto gente con un ataque de risa incontrolable ante una situación como esa y nadie se preocupa por tender la mano o preguntar apresuradamente si la persona afectada está bien. ¿Cuántas bromas de mal gusto vemos y hacemos a diario? Asustar al otro, crear zozobra en situaciones cotidianas y muchas otras cosas que si me pongo a enumerar acabaría con una lista bien extensa.
Para nada pretendo hacer aquí un Tadehu, ni ningún ensayo de Renovación Carismático-Cristiana ni nada que se le parezca, y me dispensan quienes comulgan o profesan en esos movimientos. Mi intención es hacer un firme llamado para que hagamos realidad lo que el panita cantor, Alí Primera, señalaba al decir "quiero que el hombre viva una sola época, la humana".
L@s revolucionari@s no debemos repetir esas conductas, estaríamos incurriendo en la reproducción ideológica del capitalismo; en este punto seguramente ya alguien habrá pensado como justificación que lo que pasa es que estamos alienados y que son conductas cuasi inevitables. Yo simplemente digo que estamos convocad@s a hacer el esfuerzo más grande posible por prefigurar la sociedad que queremos.
La verdad es que este tema tiene -desde mi perspectiva- mucha tela que cortar, pero no pretendo aburrirles con infinidad de párrafos, prefiero reservar algunas cosas para futuras entradas ya que, adicionalmente, me gustaría conocer sus opiniones.
Finalmente les reitero mi invitación a amar, manifestándolo en valores como la cooperación mutua y la solidaridad. ¿Seremos capaces de estar a la altura de este compromiso? Yo estoy convencida de que, aun sin ser tarea fácil, somos capaces de eso y más, pues nuestra intención es transformar al mundo.
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"Déjeme decirle, a riesgo de parecer ridículo, que el revolucionario verdadero está movido por un profundo sentimiento de amor." Ché Guevara